El turismo es un sector clave para la Comunidad Autónoma de Andalucía; y, a pesar de recibir cada año miles y millones de visitantes del extranjero, es también un elemento clave en el turismo nacional. Además de eso, incluso es un motor económico muy importante en lo que se refiere al turismo interno, pues son los propios andaluces los que acostumbran a viajar a diferentes lugares dentro de la misma comunidad. Y no es de extrañar, porque Andalucía es un paraíso para todo aquel que quiera divertirse fuera del hogar, con una gran oferta cultural en forma de cines, teatros y espectáculos; pero además, muy importante, también la tiene con actividades al aire libre, pues geográficamente goza de ríos, lagos, montaña y costa, y multitud de festivales que se celebran en calles y plazas. Para colmo, el clima templado del que goza la comunidad es un añadido a tener en cuenta. Vamos, que casi es un delito el quedarse en casa cuando se tienen tantas cosas con las que divertirse con solo pisar la calle.
Sin embargo, durante el pasado 2020 todos nos vimos sobrepasados por ciertos sucesos a nivel mundial que nos obligaron a quedarnos en casa. Y los andaluces, con los antecedentes antes narrados, sin duda fueron una de las poblaciones que peor lo pasaron. De pronto, estas gentes acostumbradas a hacer su vida fuera del hogar, tuvieron que quedarse encerrados y buscar otras formas alternativas de entretenimiento. En todo el mundo se habló del alivio que había resultado ser Internet, ayudándonos en esos momentos tan difíciles en muchos aspectos: laboral, educacional, y por supuesto en todo lo que tuviera que ver con ocio. Pero los andaluces, definitivamente, necesitaban algo intenso, porque la tentación al mirar por la ventana de querer estar en la calle era mucha.
Por eso, cuando saltó la noticia de que los andaluces se masturban más con la pandemia, nadie en la comunidad se extrañó. Puede que desde fuera de Andalucía, algo así pudiera traducirse en tíos vicioso y degenerados (y tías, que esto no es cuestión de géneros ni en ningún momento se habló de ello), que ahora en vez de la siesta se dedicaban a matarse a pajas; pero a los autóctonos no les extrañó, porque era una respuesta al estado de confinamiento. No era cuestión de que gustara más el sexo, o el onanismo, o las guarradas que a otros españoles; simplemente, era cuestión de contrarrestar un estado que a ellos no les es cotidiano ni natural.
Porque no seamos hipócritas, en esos días, todos tiramos del porno. Webs de pornografía, videos x online, fotos eróticas, películas para adultos… eso fue nuestro pan de cada día durante el año anterior. Y puesto que el porno, sobre todo el porno gratis, está hecho para causar el mayor estado de excitación en el menor tiempo posible, está claro que en el pueblo andaluz alcanzó su cometido de forma eficaz. No es que los andaluces se convirtieran en adictos a la pornografía de pronto, ni tiraran de ella de forma desesperada. Pero estaba claro que su forma de ser les inclina hacia ella, y que una vez soltaban el sexo virtual, querían el sexo en vivo, ya fuera a solas, o preferiblemente en compañía (otro estudio demostró que las relaciones sexuales en pareja se habían intensificado, el hacer el amor se había convertido en la actividad preferida de los adultos convivientes).
Cuando saltan estas noticias que parecen ser tan escandalosas, siempre es bueno ponerlas en contexto. Y bueno, qué caray, tampoco hay que rasgarse las vestiduras: seas andaluz o de cualquier otra parte de este enorme planeta, seguro que te gusta el sexo, y el cómo los disfrutes no te incumbe nada más que a ti.